LA CIUDAD SIN DEFENSAS

EL VIGO QUE FUE


Cuando, en 1808, estalla la rebelión general contra el rey José Bonaparte, Vigo es una plaza que cuenta con una sólida defensa. El estado de las murallas no es bueno, pero el castillo de O Castro sigue siendo una recia fortaleza. Y hay tropas y armamento como para hacer frente a una invasión, si bien esto es complicado ante un ejército napoleónico terrestre, en ese momento la mayor maquinaria bélica que existe en Europa. 

Sin embargo, todo cambiará en los meses que van del 2 de mayo a la entrada en Galicia de los mariscales Soult y Ney, en enero de 1809. 

Los soldados acantonados en la ciudad son desplazados a otros destinos. Y las armas y municiones retiradas. Este expolio explica la inmediata rendición de Vigo el 30 de enero ante las tropas de Francheschi.

Eduardo Rolland. La Voz de Galicia



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