OPINION
Lo digo como lo siento, tengo una profunda envidia de la República Francesa, nuestro país vecino al que tan poco nos parecemos.
Por supuesto que estoy hablando de la respuesta de los políticos y del pueblo franceses ante el ataque de guerra por parte de los yihadistas. Era emocionante ver salir el pasado viernes noche a la gente del estadio de France ordenadamente y cantado La Marsellesa, un himno que tiene letra, que la mayoría de franceses conoce y que no les gusta que otros lo piten. Los franceses son así de raros.
La respuesta de la ciudadanía francesa ante la agresión ha sido la de responder unida, apoyando a su gobierno y a su república. No he visto a ninguna estrella mediática francesa responsabilizar a su gobierno del ataque por causa de su política en Irak o Siria. Ni tampoco manifestaciones teledirigidas rodeando la sede del partido en el gobierno. Qué extraños son nuestros vecinos.
El gobierno del señor Hollande ya había bombardeado objetivos yihadistas en Siria antes del atentado y lo ha hecho nuevamente, porque el mensaje es que con Francia no se juega, y el que la ataque sabe que va a recibir una violenta respuesta. Son raros, pero raros.
Por no ver, y mira que me ha extrañado, no he visto a estrellas del cine francés con pancartas del “No a la guerra” y entrando en su parlamente republicano para insultar a su gobierno y al partido que lo sostiene. Será que la clase artística francesa se dedica a su profesión y la ideología política la dejan para su vida privada. Exóticos son estos artistas.
Definitivamente los franceses son insólitos en su comportamiento, singulares en su forma de ser y chocantes en responder como pueblo.
¿O será que este comportamiento es lo normal en los países de peso europeos y los raritos somos los españoles?
Fernando Torres Carbajo
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