OPINION
Decimos que un actor sobreactúa cuando exagera el gesto y el
espectador no se cree su papel. Los grandes actores se caracterizan por
el ahorro en la gestualidad apoyándose siempre en "el menos es más".
En mayo del año pasado Abel Caballero arrasó en las elecciones
municipales con 17 concejales, consiguiendo un resultado nunca visto en
Vigo. Parte de ese gran apoyo se debió a la defensa que el alcalde hizo
de la ciudad frente a otras administraciones, fundamentalmente el
gobierno autonómico y el provincial, ambos entonces ligados al PP.
En el pleno del Consorcio de la Zona Franca viguesa celebrado hace
pocas fechas se mascó una tensión infrecuente en este tipo de reuniones
del ente local. La delegada del consorcio, Teresa Pedrosa, manifestó
horas después ante la prensa que se había sentido "acosada" durante el
pleno, acusando al alcalde Caballero de esta actitud.
Desconozco respecto a los datos técnicos del presupuesto quién
llevaba razón, si el munícipe o la delegada. Supongo que esas
diferencias financieras y de inversión se pueden limar cuando dos entes
administrativos se reúnen con ánimo de negociar.
No vamos a negar ahora la voluntad política de Caballero en la
defensa de los intereses de nuestra ciudad, concretamente el reciente
éxito de poner en funcionamiento el Area Metropolitana de Vigo y
comarca, algo impensable de conseguir con otro político.
Además de los pros de D. Abel que reconocen los espectadores vigueses
correspondiendo últimamente con una gran ovación, debemos hacerle hoy
una crítica negativa respecto a esta última actuación.
Y es que el señor Caballero debería dejar de exagerar el gesto
defendiendo a la ciudad y evitar el constante enfrentamiento con
administraciones que no son de su color político.
Si lo hiciera, su política tendría los mismos resultados, pero el espectador se creería más su papel.
Fernando Torres Carbajo
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