VIGO EN LA ENCICLOPEDIA METODICA

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La ciudad y su ría aparecen retratadas en la primera enciclopedia temática de la historia publicada entre los años 1751 y 1772
 
 
La Enciclopedia (L’Encyclopédie) es un hito en la historia de la Humanidad. Este colosal monumento editorial fue publicado entre 1751 y 1772 bajo la dirección de Diderot y d´Alembert. Y en ella colaboraron los grandes pensadores de su tiempo: Montesquieu, Rousseau, Voltaire... Concebida como un «Diccionario razonado de las ciencias, de las artes y de los oficios», no era una idea original: 23 años antes había aparecido en Inglaterra la «Cyclopaedia». Pero no puede compararse por la ambición y el empeño de una obra formidable: la francesa tuvo 17 volúmenes de texto, otros 11 volúmenes de láminas y cuatro suplementos. En total 72.999 artículos, que llegaron a abarcar unos 20 millones de palabras con 2.885 ilustraciones.
 
Uno de sus últimos editores fue Charles-Joseph Panckoucke, que le añadió cuatro nuevos tomos. Para, posteriormente, crear otra enciclopedia monumental propia: la Enciclopedia Metódica, que compilaba el saber de la Humanidad agrupado por temas. Comenzó a publicarse en 1782 y terminó, ya bajo la dirección de su hija, en 1832 con un total de 166 volúmenes.
 
Como la de Diderot y d´Alembert, la Enciclopedia Metódica, con sus ideas científicas, liberales y laicas, supuso una conmoción que la enfrentó al poder de su época. Y tuvo también que editarse a veces en la clandestinidad. Aún así, llegó a España, donde estuvo en principio prohibida por la Inquisición. Pero en 1792, comenzó a publicarse la traducción, a cargo de Juan Arribas y Julián de Velasco.
 
El primero de ellos era censor eclesiástico, lo que facilitó los permisos del rey Carlos IV. Algunos capítulos históricos fueron reescritos, al punto de que el sitio de Barcelona, durante la Guerra de Sucesión, parecen dos hechos distintos, según la versión francesa y la española. En la editada en Madrid, los Borbones salen mejor parados.
 
Los tomos de geografía mundial suponen una obra titánica. Y en ellos encontramos referencias a Galicia. Con algunos tipismos sorprendentes para el lector de hoy: «Los gallegos son en general de mediana estatura, robustos, esforzados, trabajadores, sufridos, sobrios y económicos, fieles a sus soberanos; amantes de su país y tenaces en conservar sus costumbres; son buenos soldados y excelentes marineros, y tienen mucha disposición para el estudio, pues son reflexivos y saben retener lo que una vez aprenden».
También asombra la descripción de las gallegas: «Sus mujeres son agraciadas, festivas, agasajadoras, muy inclinadas al baile y a las canciones propias del país, y particularmente en la costa de las provincias meridionales, conservan hermoso color y cutis muy fino».
 
Sería largo relatar la amplia crónica que dedica a Galicia la Enciclopedia Metódica. En la que se repasa también cada una de las villas y ciudades más importantes, en una época en que Ferrol era la mayor ciudad del país, seguida de Santiago.
 
En cuanto a Vigo, nos ofrece una estampa telegráfica: «Vigo: Ciudad de España en Galicia, en la costa del océano, con un puerto. Contiene tres parroquias, un fuerte y un viejo castillo. Yace en una fértil llanura. Y dista tres leguas de Redondela y 106 al noroeste de Madrid. Cerca de esta ciudad, la flota combinada angloholandesa irrumpió en 1702 y mandó al fondo del mar los galeones provenientes de México». Se conoce que los enciclopedistas franceses aún tenían presente el desastre naval de Rande de unas décadas antes.
 
Otras poblaciones de la ría de Vigo aparecen mencionadas en la Enciclopedia, casi todas dentro de otras entradas. También sucede con las Cíes, a las que denominan «Islas de los Dioses». Y sí dedican un amplio capítulo a Baiona, como la localidad más importante de la ría en esta época: «Ciudad marítima de España en el Reyno de Galicia, en el Valle de Miñor.
 
Algunos geógrafos la toman por la Aqua Celina de Ptolomeo. Otros quieren que sea Orense, que está sobre el mismo río que Bayona». Aquí vemos que los enciclopedistas confunden el río Miñor con el río Miño, pero nadie es perfecto, ni siquiera un sabio de la Ilustración residente en París.


De Baiona, alaban sus condiciones naturales: «Tiene un puerto muy cómodo. Su costa provee de excelente pescado y su terreno, regado por bastantes fuentes, produce diferentes frutos. Su campiña produce maíz, vino, legumbres, frutas y lino; y sus deliciosos prados apacentan bastante ganado vacuno, caballar, algo lanar, y contienen mucha caza. Sus pescados y mariscos son muy sabrosos. Tiene una Colegiata, que es la única parroquia, un hospital y un convento de monjas».
 
Los enciclopedistas reconocen que su puerto es bueno, pero «es difícil para embarcaciones mayores, por las peñas que tiene a la entrada». Y señalan que tuvo un pasado más glorioso: «Sus fragmentos de antigüedad muestran que fue en otros tiempos población de consideración».
 
La Enciclopedia Metódica continúa con pinceladas de toda la geografía de Galicia, además de su historia.
 
Hace 225 años que se publicó la versión española de esta obra monumental del saber que no se olvidó de nuestro Finisterre europeo.
 
Eduardo Rolland. La Voz de Galicia
 

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