LA ASOCIACION "PONTEMAKER" CONSTRUYE LA COPIA DEL ROBOT C-3PO

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Hacer un robot en casa ya es posible. La asociación Pontemaker, que agrupa a una docena de makers (aficionados a fabricar objetos en casa) de Pontevedra y Vigo, han construido el primer androide casero de Vigo con piezas impresas en 3D. El coste ascendió a mil euros aunque necesitaron 400 horas de impresión solo para las piezas del cuerpo.
 
El autómata fue armado siguiendo los planos de uso libre y código abierto que subió a Internet un escultor francés para ayudar a la gente a montar su propio robot en casa y a bajo coste. El androide francés se llama InMoov pero la asociación lo ha adaptado para crear la versión local del robot de protocolo C-3PO, personaje de la saga galáctica Star Wars. Una de las peculiaridades del humanoide es que simularán su voz en gallego.

«La idea principal es que a parte de las funciones originales del robot InMoov, lo adaptemos; incluso el lenguaje para que sea lo mas similar a C-3PO. No hablará 6 millones de lenguas pero queremos que se exprese en gallego. Es nuestra meta inicial, después desarrollaremos otras funcionalidades, el límite está en nuestra imaginación», dice el presidente de Pontemaker Pedro Vázquez, quien confirma que el boceto y lo ya realmente fabricado «es rudimentario pero funciona bien».
El secretario Iván Home añade que están buscando al doblador de la Televisión de Galicia de las películas de La Guerra de las Galaxias para pedirle que registre su voz en la aplicación del robot.
 
La versión original fue desarrollada por el escultor francés Gaël Langevin en septiembre de 2011. Publicó los primeros archivos de planos en enero de 2012 en la web Thingiverse. Su androide InMoov lo copian miles de aficionados en sus garajes a partir de componentes de cuerpos plásticos 3D imprimibles. Es controlado por los microcontroladores Arduino (placas para programar robots). Solo requiere una impresora de formato pequeño, no más de 12 centímetros cúbicos, y sus archivos están protegidos bajo la licencia Creative Commons. Del proyecto salieron las primeras prótesis 3D.
 
La modificación viguesa dispone de cinco movimientos en cada brazo y 16 en cada mano con diez dedos motorizados independientes. Sus dos cámaras hacen reconocimiento y seguimiento facial. Captura gestos y su sensor PIR detecta objetos y personas. «En el coste de los mil euros no se incluyen la mano de obra ni la electricidad», aclara Vázquez.
 
E. V. Pita. La Voz de Galicia
 

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